MANIFIESTO O CÓMO EMPEZAR ALGO HERMOSO
- espacioibera3248
- 20 sept 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept 2020
Yo escribo, él escribe, ellxs escriben, nosotres escribimos.
En el océano revoltoso de internet, ya varios tienen lista su tabla de surf. La preparan con cuidado, escuchando al chino youtuber sabelotodo, que regala manuales como si fueran caramelos. Ahora vos también querés escribir. Acaso este salame escribe y yo acá calladito como un soldadito de plomo.
Por eso te comprás la tabla, la agarrás con fuerza y remás con las manitos como hacía Otto en Rocket Power. Viene la ola, bro. Y sí, no queda otra, la vas a tener que enfrentar y luego darte vuelta para ver si, por esa casualidad de la vida, agarra viaje. Pero caes, y ya van siete intentos en el que hacés lo que te dice el chino youtuber. Volvés resignado a tu casa.
Que hayan tablas de surfs y olas en las que surfear, no significa que cualquiera pueda hacerlo. “Hay una tradición en tu espalda” grita un academiquito colgado a la biblioteca. Pero vos no querés decir eso. Querés que ese pilón de libros caigan de lleno sobre su nuca.
La salida es colectiva. Y no es casual que el numeral mal llamado hashtag sean dos líneas paralelas que se cruzan formando otra cosa. Por eso, el pirómano sabe que la buena madera necesita de otras maderas más chiquitas para encender un fuego bien fuerte. Y las cruza, las mezcla, arma una ensalada para juntar gente.
Espacio Iberá busca ser esa salida colectiva en un contexto de tablas de surfs volando por el aire. Juntar gente o, mejor, crear las condiciones para que esa gente se junte. Como un imán que no te obliga sino que te seduce, y vos, y todes nosotres caemos en la trampa mitológica: yo tengo algo para decir.
Y ese chicle masticado hace rato, esa cosa sin gusto que de tanto circular por la boca se vuelve pasta, adquiere otra forma; pero adquiere otra forma solo por el hecho de haber sido combinada con otras cosas.
Comprate la tabla, pero no vayas solo a ese mar gigante y hambriento por quebrarte la costilla. Vení, acá hay arena para caerse las veces que sean necesarias.
En Espacio Iberá, el error no es un dedo índice señalando a nadie, ni una boca mal tratada burlándose de nadie; todo lo contrario, creemos que en el error compartido está la clave para pensarnos críticamente y, después de un buen rato de pifiarla, pues obviamente, el hecho esperado: salvarnos y surfear la ola.
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