top of page

HABLEMOS DE LANA DEL REY

  • Pau Morandi
  • 20 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 23 sept 2020


En los 2000s pasaba horas no sólo bajando música de forma ilegal, sino también emprolijando mi biblioteca de iTunes. Me ponía loca que los nombres de les artistas no estuvieran en mayúscula o estuvieran desordenados. Ahora que eso ya no existe, voy a confesar que a veces si no encontraba algún nombre de alguna canción, me lo inventaba con tal de que no me molestara a la vista. El problema era que cuando subías la música al iPod (centennials: el ipod era un dispositivo para escuchar audio de manera portátil), si el nombre del artista o banda tenía aunque sea un tilde distinto, aparecía separado y no podías ver todos los álbumes en una sola categoría.. Cosa de obsesives qué sé yo. La información del momento tampoco era la que hay ahora. Es por eso que todavía me confundo al escribir el pseudónimo de Lana del Rey, no sé si es De Rey, Del Ray y siempre tengo que googlearlo. Hace poco, viendo a un youtuber, me enteré que Lana pasó por muchísimos nombres artísticos como Sparkle Jump Rope Queen, May Jailer, Lizi Grant, entre otros, así que por eso tiene sentido mi confusión. Incluso, hizo desaparecer un álbum “a.k.a Lizi Grant” publicado bajo el nombre Lana del RAy.


En fin, de ninguna forma me interesa discutir su carrera, creo que Lana está consagradísisma como artista, habiendo llegado a los más de 17 millones de oyentes mensuales en Spotify de manera independiente o no. En 2012 saca su primer álbum (como Lana del Rey), el icónico Born To Die, que personalmente creo que pasará a la historia, y a partir de eso, no para. Paradise, Ultraviolence, Honeymoon, Lust for Life, Norman Fucking Rockwell!, Chemtrails Over the Country Club (por venir). 7 álbumes en 8 años. Tranqui. El primero suena como el último y el último como el primero, nunca jamás pierde su esencia. No tengo realmente nada malo para decir, perdón si estaban buscando eso.


El rock es de las pibas. Eso es lo que se escucha cuando vas a un recital de Marilina Bertoldi. Pibas, que estaban enojadas y ahora están preparadas (jeje) cantando con todas sus energías que el Rock es de las Pibas. Y de eso habla Marilina, que los chabones del rock ya no tienen mucho para decir, por eso agotaron. No es que Marilina haga un rock que nunca escuchamos antes, es que su persona representa un nuevo paradigma y por eso no nos empalagamos de su arte. Un poco creo que eso pasa con Lana del Rey. Hasta ahora en el poprock mainstream teníamos pibes cancheros, siempre haciéndose los malos, tocando riffs pesados, tratando de esconder detrás de eso letras de amor dedicadas a sus musas inspiradoras. Al final eran unos flojos.. (mentira chicos, expresen sus sentimientos). Lana hizo algo tan simple y tan complejo como dar vuelta ese concepto: melodías vintage, románticas, clásicas, melosas con las letras más oscuras que vas a escuchar. Esa es su magia, cuando entendí eso me enamoré. Pareciera un poco que a Lana no le importa caerle bien a nadie, ni lo políticamente correcto, hace años que habla sin tapujos de la muerte, del sufrimiento, de la depresión, de fumar marihuana, insultos, del miedo a envejecer y volverse fea, de su deseo por la plata, el poder y la gloria.


“If he’s a serial killer then what’s the worst that can happen to a girl who’s already hurt?”

(Manejame ese nivel de oscuridah)


A Lana la vi en vivo una vez, en 2018. Vestida de negro como para ir a una cena, un escenario sin tanta cosa; en las pantallas se reflejaban visuales que las podrían haber buscado en YouTube 10 minutos antes del show; algunos músicos; no sé si habría alguna pista cada tanto; en un momento pidió un cigarrillo, porque quería fumar; a veces desafinaba. Busqué muchos videos de ella en vivo. Nada sorprendente, incluso pareciera que le da un poco de paja. Mientras en otro lugar del mundo Beyonce, Rosalía, Rihanna están haciendo live perfomances que escapan la imaginación de cualquier ser mundano, en los shows de Lana no hay vestuarios extravagantes, ni grandes puestas en escena. Como si no tuviera ningún tipo de necesidad de impresionar a su audiencia o de esforzarse en lo más mínimo. “Esto soy yo”, nada más y nada menos. En ese sentido, creo que Lana no sólo es una de las artistas más influyentes de este siglo, sino también la reina indiscutida de la contracultura.





 
 
 

Comments


bottom of page